La funcionalidad del arte es algo tan controversial como su inutilidad considerando que ni siquiera es muy claro qué cosa sea "arte" y qué cosa no lo sea. ¿Cuándo el sonido es sólo sonido y cuando es música? Tampoco existe un consenso en este sentido y tal vez ni nos gustaría a muchos que existiese.
Una técnica ultrasonido no parece ser música porque, a pesar de ser sonido generado propositalmente, su función no es afectar nuestras emociones.
Pero también podemos advertir que quando Ianis Xenakis usó ecuaciones físicas en sus composiciones, no estaba queriendo expresar solamente una emoción sino también una representación de la naturaleza a través del sonido.
Podríamos hablar de expresiones simbólicas, lenguajes, eso le quitaría a las artes la parte física y neurológica estudiable, pues la manera como afecta determinada expresión musical estaría dada por complicados efectos sicológicos que devienen de la historia particular de un pueblo y sin tener mucho que ver con procesos biológicos sino mas bien culturales.
Si bien la cultura es parte de la naturaleza de los seres humanos así mismo encontramos una serie de conceptos mentales sin manifestación relevante en el mundo físico cuyas causas mas las podemos explicar por procesos sociales o sicológicos.
Por otra parte podemos observar a lo largo de la historia que la práctica musical se ha ido separando de los efectos que no sean puramente sicológicos a través de símbolos de un lenguaje conceptual, mientras que en las culturas mas primitivas la musica se usa en la cura de enfermedades, en nuestra sociedad moderna y urbana los amantes y adoradores melómanos desprecian la utilidad que pueda tener en aspectos extramusicales como en la salud o la inteligencia.
Es verdad que una obra de musica clásica puede ayudar a enfermos mentales, pero el compositor no está interesado en salvarlos o calmarlos, sino mas bien en otras cuestiones puramente artísticas, como trascender de alguna manera el propio lenguaje musical, expresar emociones de su fuero interno, crear conceptos a partir de su conocimiento de estilos y formas melódicas, rítmicas, armónicas.
Las cosas se hacen por necesidad, y probablemente este compositor se libre de la locura. También la composición, interpretación y audición musical son practicadas como terapias.
Pero puede ser que la música conduzca también a la locura y a la obsesión , y no por eso se dejará de hacer o será menos valiosa estéticamente.
Así pues encontramos que la música, como un arte "puro", la música "de cámara", o sea esa para sentarse y escuchar y apreciar desde el punta de vista puramente musical, no sirve para nada mas que para compartirla y disfrutarla por sí misma.
Ni sabemos cómo es que nos gusta, suponemos que fuimos aceptando las disonancias pero no sabemos bien como esto ocurrió.
Sin embargo la música es también sonido y el sonido, quieran o no los verdaderos amantes -que aman y se delician por la cosa en sí y no por interés en algún benefício que puedan obtener del objeto amado- el sonido tiene un efecto fisiológico, de amplio espectro. El ritmo, el volumen, entre otros elementos podrían ser culpables de producir un efecto fisiologico, neurológico.
Aqui entonces se presenta la siguiente cuestión: ¿Algún tipo de música elaborada en el pasado o en el presente por alguna cultura o algunos elementos musicales se han estructurado, arreglado (consciente o inconscientemente) en relación con los posibles efectos fisiologicos que puedan tener?
En este artículo no pretendo satisfacer la cuestión, solamente meditar sobre la percepción de la expresión musical y comentar sobre recientes descubrimientos en el campo de la neurociencia.
En este artículo no pretendo satisfacer la cuestión, solamente meditar sobre la percepción de la expresión musical y comentar sobre recientes descubrimientos en el campo de la neurociencia.
EFECTOS
FISIOLÓGICOS DE LA MÚSICA (I)
MÚSICA Y LENGUAJE: COMUNICACIÓN
Herbert Read destaca el aspecto del arte como una
forma de comunicación de emociones. Schopenhauer en el mismo sentido considera
a la música, como una expresión artística privilegiada porque expresa emociones
sin apelar a símbolos o representaciones.
Ya Popper nos hace ver que también existe un
aspecto “objetivo” en la música, que es el estudio y la práctica de una serie
de estructuras formales, que la asemejan a una ciencia, aspecto que no tiene
que ver con el carácter subjetivo o emocional personal del compositor u oyente.
En vez de eso este aspecto de la música tendría que ver con un proceso
racional.
Animales como ballenas, aves y primates también
tienen complejos sistemas de comunicación pero parecen no ser tan complejos
como los de los seres humanos (Mithen, 2006).
La música parece haberse originado en la
comunicación acústica no verbal como la usada por animales, habiéndose
originado antes que el lenguaje verbal.
MITOLOGIA Y CONCEPCIONES
En diferentes culturas la música ha sido vista como un
poder mágico o una manifestación divina, con grandes poderes no solamente sobre
los seres humanos sino también sobre los animales y los objetos inanimados.
Encontramos todo tipo de mitos y leyendas que hacen
alusión a este aspecto.
Para los celtas, el dios Dagda tenía el poder de
convocar las estaciones del año con el poder de su arpa y de hacer caer muerto
a cualquier ser vivo que fuera expuesto a sus vibraciones sonoras si así él lo
desease.
Orfeo amansaba las fieras tocando su lira y lograba
que los árboles se inclinasen para recibir las benéficas ondas sonoras. Por
poco logra resucitar a su esposa conduciéndola de regreso del Hades.
Los muros de Jericó cayeron bajo la música de las
trompetas y las voces del pueblo inspiradas en un mandato divino y Anfión
levantó las murallas de Tebas con su lira.
Para culturas indígenas los cantos chamánicos son
responsables por una transformación integral del individuo y son
complementarios a los efectos de los psicoactivos
de fármacos ingeridos.
Incluso muchos chamanes aseguran que sus cantos no
son aprendidos de maestros sino que son invocados en las visiones provocadas por
el consumo de las plantas psicoactivas.
En el hinduísmo y el budismo se cree que los
mantras, cantos sagrados, ayudan a equilibrar centros de energía y evitar o
curar enfermedades del cuerpo.
Podemos encontrar innumerables creencias en este
sentido: músicas que crean universos, destruyen muros, matan, resucitan,
transportan a otros mundos, curan enfermedades, abren agujeros entre las
rocas etc.
Los mitos son muy sugerentes y su principal función
es la transmisión de símbolos. Pero tomarlos al pie de la letra puede
dificultar la investigación científica, siendo más útil obtener enseñanzas o
sugerencias para hipótesis científicas a través de una lectura metafórica de
ellos.
A partir de la interpretación literal de algunos
mitos junto con campañas publicitarias que tergiversan resultados de estudios
científicos se ponen de moda creencias y prácticas pseudocientíficas, situación
aprovechada por comerciantes, que usan las etiquetas de “música curativa”,
“poder equilibrador de la música”, “terapia de sonido”, “música para
expandir la consciencia”, “música regeneradora” etc. alegando una supuesta
capacidad objetiva, una característica intrínseca de ciertos tipos de música de
ser creadores, regeneradores, curativos.
Un ejemplo curioso y algo patético de pseudociencia
fue la experiencia basada en prejuicios culturales del famoso “experimento” de
Dorothy Retallac (1973) que creyó demostrar que las plantas crecen más o mejor
bajo el efecto de “música clásica” y mueren bajo el efecto del “rock”,
hipótesis marcada por un prejuicio etnocentrista, evidentemente dudoso
cuyos resultados fueron repetidamente refutados y descartados.
En cambio una especulación muy sugerente heredera
de una sólida tradición pitagórica, sufí e hindú fue la expuesta por Gurdieff (místico
armenio de inicios del siglo XX) que creía que tanto el universo, nuestros
cuerpos y nuestras emociones tienen la misma estructura y que existe una
“música objetiva” preservada y estudiada por grupos esotéricos y que tiene como
fin afectar fisiológicamente al ser humano independientemente de su cultura o
historia personal. A través de resonancia de vibraciones e interacción
entre ellas se generarían emociones, movimientos y comportamientos deseados, se
podría mantener el cuerpo sano e incluso estados de conciencia más próximos de
una comprensión mejor del universo.
Todas estas historias son muy bonitas pero
desafortunadamente nada de esto ha sido comprobado. Los efectos verificables de
la música son en enorme medida psicológicos, es decir que pasan primero por una
interpretación que depende de la experiencia personal, de implicancias
socioculturales de la música escuchada, y de la valoración estética del oyente.
La música que practicamos y conocemos es una
manipulación del sonido para generar emociones a través de un lenguaje
construido por la costumbre, tradición y actividades culturales que acompañan a
estas prácticas musicales.
EMOCIONES MUSICALES Y NEUROLOGÍA
Nuestro cerebro interpreta las formas musicales y
las relaciona con otras escuchadas anteriormente y las situaciones o imágenes
que nos evocan para de esta manera tener un significado que nos afecte. Esta
interpretación va a depender de nuestra cultura, nuestra educación, el
significado social y personal que conllevan estas formas.
El
estudio científico de las emociones es inmensamente problemático debido a que
el concepto de emoción es el más subjetivo del estudio de la naturaleza humana.
Por eso la neurociencia estudia simplemente las manifestaciones fisiológicas de
estas definiciones psicológicas dando preferencia las emociones más simples como
rabia, tristeza y alegría.
Se
cree que por más que en las emociones actúan todas las áreas del cerebro, lo
que caracteriza a una actividad más emocional y menos racional es la actividad
en el sistema límbico y paralímbico.
Pese
a los avances, existe una discusión entre los que defienden la hipótesis de que
la percepción musical alcanza solamente el sistema límbico después de haber
sido procesada por el córtex (PERETZ; ZATORRE, 2004) y los que creen que
la música por su estructura sonora, por su correspondencia de intervalos,
al ser percibida activa directamente el sistema límbico produciendo
emociones. (KOELSCH, 2010).
EL PLACER
La emoción por la que es tan valorada la contemplación
musical es la del placer que nos producen ciertos trechos musicales hasta el punto
de verificarse una manifestación corporal: el reflejo pilomotor (más conocido
como “piel de gallina”).
Estudios muestran que el placer que genera un
determinado trecho están relacionados a una mayor actividad en el sistema
límbico y paralímbico (BLOOD; ZATORRE, 2001; MENON; LEVITIN, 2005)
El proceso por el que se produce esta sensación estaría
explicado por el sistema de recompensa. Ya esperamos el estímulo y por eso nos
produce placer. Es un mecanismo parecido a la dependencia de ciertos fármacos.
Puede que nunca hayamos oído la canción que nos producirá gozo porque ya
tenemos estructuras preparadas para percibirla por la música que hemos
escuchado anteriormente.
Esta propiedad de la música se usa en musicoterapia
por sus efectos analgésicos, no sólo por la liberación de dopamina que
produce la experiencia sino también porque cuando la atención se aleja del área
del cuerpo afectada y se traslada a la audición, el dolor disminuye,
permitiendo una mejor recuperación del paciente
MUSICOTERAPIA
Aunque el nombre de esta disciplina parece un tanto
demasiado prometedor, es bueno recordar que, que sepamos, no existe música por
más bonita y bien compuesta, que pueda curarnos de un resfriado o una hepatitis
o de osteoporosis.
Pero puede, si nos gusta, invocar en nosotros un
estado de ánimo propicio y ayudarnos en la recuperación de una enfermedad. O
que por el contrario, si a alguien a quien no le gusta Bach lo tratamos de
curar exponiéndolo a los finos y elucubrados contrapuntos del viejo Johann, es
posible que se deprima, dificultando así su recuperación.
Según la Comisión de Práctica Clínica de la
Federación Mundial de Musicoterapia: “La musicoterapia es el uso de la música
y/o sus elementos musicales (sonido, ritmo, melodía y armonía) realizada por un
musicoterapeuta calificado con un paciente o grupo, en un proceso creado para
facilitar y promover la comunicación, las relaciones, el aprendizaje, el
movimiento, la expresión, la organización y otros objetos terapéuticos relevantes,
para así satisfacer las necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y
cognitivas.
La musicoterapia tiene como fin desarrollar
potenciales y/o restaurar las funciones del individuo de manera tal que éste
pueda lograr una mejor integración intra y/o interpersonal y consecuentemente
una mejor calidad de vida a través de la prevención, rehabilitación y
tratamiento”
El uso de la música es bastante amplio en los
tratamientos debido a su poder comunicativo, fortaleciendo la socialización, la
integración, la convivencia.
Por otra parte no hace mucho que comenzó a ser estudiada
la música (y las emociones) por sus efectos neurológicos medibles. Aunque los
estudios son nuevos se sabe de la potencia que tiene tanto la audición como la
práctica musical en la recuperación y el tratamiento de personas con en el
sistema motor (Parkinson, problemas de coordinación en niños) y también para
recuperar varias capacidades cognitivas como veremos a continuación.
PERCEPCIÓN
DEL SONIDO Y MOVIMIENTO
La
percepción del sonido y sus características musicales como altura, timbre,
intensidad, relación entre sí involucra prácticamente todo el cerebro:
córtex parietal, córtex occipital, cerebelo, amígdala, tálamo. Esta percepción
en conjunto involucra también al sistema límbico, responsable por las
emociones. (LEVITIN; TIROVOLAS, 2009).
Observaciones
hechas en pacientes con traumatismos cerebrales muestran que la percepción
rítmica y la percepción de melodías son procesadas en diferentes zonas del
cerebro. (PERETZ; ZATORRE, 2004)
Por
otra parte se pudo por resonancia magnética comprobar que el córtex motor puede
ser activado aún sin necesidad de movimiento sólo por el mero acto de escuchar
música (BAUMANN et al. (2005))
Esta
interacción ha sido aprovechada para el tratamiento del Parkinson. Por medio
por medio de la danza y también únicamente (esto es lo más sorprendente) de la
audición musical se activan circuitos involucrados en el proceso degenerativo
de la enfermedad.
Aquí
podemos inferir que en una persona que no esté necesariamente enferma, no
solamente la danza y la ejecución de música sino también la audición de música mejorarán
su capacidad motora.
PLASTICIDAD
CEREBRAL E MUSICA
La plasticidad cerebral es un mecanismo por el cual
el sistema nervioso y los mapas de la actividad cerebral se modifican pudiendo
significar la recuperación de funciones después de un accidente o la
adquisición de nuevas habilidades o capacidades.
En tiempos pasados este era un proceso pensado
imposible en los adultos, sin embargo mediante nuevas técnicas de medición se
ha descubierto que los adultos presentan procesos de plasticidad cerebral muy
acentuados, llegando a significativos aumentos de masa encefálica en corto
tiempo.
Mediante la resonancia magnética se verificaron
diferencias entre volúmenes de diferentes partes del cerebro entre músicos y no
músicos.
(SCHLAUG et al., 1995), incluso aumentos de volumen temporales en áreas
del cerebro de personas que comienzan a estudiar un instrumento musical.
Esto es lo que se conoce como plasticidad cerebral
funcional: La manera como el cerebro fisiológicamente se transforma según la
necesidad de desarrollo de una capacidad para realizar una nueva tarea.
Este mecanismo no solamente es determinado por el
desarrollo de la capacidad de una tarea sino también por nuevas experiencias
sensoriales a las que somos expuestos
Nuevos estudios concluyen que mecanismos de
percepción auditivos pueden recuperarse en personas que perdieron la audición
por lesiones periféricas, hecho explicado por reorganizaciones neuronales.
Eso significa que educar el oído realmente
significa incrementar la capacidad de percepción de nuestro sistema auditivo y
no solamente agudizar la interpretación mental de los estímulos auditivos.
CAPACIDAD COGNITIVA
También es verdad que una música expresa no sólo
emociones, sino también, como denota Popper, ideas musicales (con intrínsecas
analogías a otros aspectos de la existencia) y estas ideas musicales conforman
un lenguaje racional que también es apreciado (o no) por el oyente,
transmitiendo así también esas ideas que afectan también sus emociones pero
pasando primero por la razón.
Desde la primera mitad del siglo XX con el reciente
interés por la neurociencia se realizaron estudios observacionales en pacientes
con lesiones cerebrales. Todavía no existía resonancia magnética ni el
encefalograma.
Se observó que pacientes lesionados perdían
capacidad de comunicarse a la misma vez que la capacidad para diferenciar
tonos.
Debido a esto, se pensó que se podían revertir los
daños cerebrales que les habían producido problemas en su capacidad para
comunicarse verbalmente a través de la audición de música clásica y el
entrenamiento de diferenciación de tonos obteniendo buenos resultados
Un experimento hecho en 1993 con música de Mozart
(a partir de las impresiones de Albert Einstein de que escuchar a Mozart lo
ayudaba a solucionar algún problema matemático propio de su profesión) pareció
indicar que los sujetos aumentaban sus capacidades espacio temporales después
de haber obtenido mejores resultados en pruebas de inteligencia espacial. Esto
fue aprovechado por comerciantes que hicieron fortunas vendiendo música de Mozart
asegurando exageraciones como que haría a los niños más inteligentes.
Estudios más recientes también parecían apuntar el
aumento temporal de la capacidad de resolver problemas espacio-temporales en
sujetos expuestos a algunas obras de Mozart. También los encefalogramas de
estos sujetos parecían presentar una mayor actividad en áreas del cerebro
implicadas en el procesamiento espaciotemporal.
(Bodner M, Muftuler LT, Nalcioglu O, Shaw GL. fMRI
study relevant
to the Mozart effect: brain areas involved in
spatial-temporal reasoning.
Neurol Res 2001; 23: 683-90.)
Sin embargo un estudio rigurosamente decisivo hecho
en 2010, basado en toda la información de los experimentos hechos sobre el
tema, descartó cualquier aumento de
alguna capacidad cognitiva por la audición de música de Mozart.
El éxito de esta hipótesis radica en que Mozart es
visto como un genio por su precocidad y
la seductora idea de que su música tuviera alguna “magia” que transmitiese esa
genialidad, acabó creando un mito.
Después de todo, Mozart componía para agradar a los
oyentes que tenían gustos construidos sobre valores estéticos de la época.
LENGUAJE
VERBAL Y LENGUAJE NO VERBAL
Sin
embargo, como dice Popper, alguna cosa “objetiva” tiene la música, no solamente
emocional. Y esta cosa objetiva, no sería un proceso racional?
Puede
un proceso racional influir en otro proceso racional?
Nuevos
estudios han encontrado semejanza entre la actividad verbal e información
semántica no verbal (musical) KOELSCH et al. (2004)
Sin
embargo esta actividad muy parecida se da con intensidades diferentes en diferentes hemisferios del cerebro como fue
comprobado en pacientes que habían sufrido pérdidas significativas de alguno de
los hemisferios. (ZATORRE; BELIN; PENHUME, 2002; PFEUTY; PERETZ, 2010)
Experimentos con pacientes afásicos (que habían
perdido el habla) demostró que cantar traía más beneficios que solamente
ejercitar el habla, por medio de la activación de neuronas espejo (neuronas que
se activan por la percepción de otro animal realizando una tarea) e
interacciones auditivo motoras.
EFECTOS FISIOLÓGICOS EN AMIMALES
Experimentos con ratones expuestos a diferentes estílos musicales
registraron un aumento de ciertas neurotrofinas (proteínas responsables por la
regeneración y crecimiento del sistema nervioso) que intervienen en las
funciones del hipotálamo, órgano que regula la homeostasis (el equilibrio
interno del organismo) mientras que otras neurotrofinas, responsables por el
crecimiento nervioso bajaron sus niveles.
Esto significaría la música actuaría como reguladora de las neurotrofinas
y ese sería el mecanismo por el que el sistema nervioso es afectado por la
música.
Otros estudios midieron y comprobaron diferencia de efectos de obras de
Mozart y Ligetti sobre las funciones cardiovasculares de ratas de laboratorio.
CONCLUSIÓN
- Los efectos
fisiológicos de la música comienzan con la percepción de sonidos con
frecuencias y timbres definidos. Debido a la plasticidad cerebral esta
percepción puede ser ejercitada, mejorada y agudizada por la audición
musical.
- La audición de música
tiene un efecto comprobado de activación del sistema motor y en la
consecuente capacidad motora.
- El estudio de la
música de algunos estilos de música, su interpretación y también su
audición tienen una influencia en el desarrollo de procesos cognitivos
como memoria, atención, capacidad verbal, raciocinio lógico, imitación
etc.
- Algunos indicios en
estudios muy recientes en humanos y animales parecen sugerir que
determinadas estructuras musicales tienen efectos universales como producción
de hormonas, proteínas y otros cambios bioquímicos. Aunque es un terreno
sumamente oscuro del cual se sabe poquísimo.
COMENTARIOS:
El
proceso por el que la música es percibida y procesada es sin duda muy
complejo y muy difícil de medir.
Por eso
todo lo que pensemos sobre eso serán meras especulaciones e hipótesis.
Sin duda
que se produce todo un efecto neurológico importante por la exposición a estímulos
musicales. Sin embargo sabemos por experiencia que son diferentes los efectos
en diferentes individuos.
Uno de
los factores que hacen diferentes los efectos es el buen o mal o indiferente
recibimiento de esos estilos por el oyente. El buen recibimiento se
traduce en placer.
El placer
producido por el estímulo musical sería un proceso por el que se facilitaría la
adaptación fisiológica a la percepción de un orden de sonidos para formación de
conexiones eléctricas en el cerebro. La indiferencia es la falta de esa
estructura. En cuanto al rechazo a un tipo de música, el oyente tendría una
conformación neuronal que le produce dolor, proceso que significaría un bloqueo
del efecto musical y de la estructuración de la red eléctrica neuronal.
Si realmente existen componentes musicales que tienen un efecto
universal, se presentan en algunos tipos
de música, (tal vez no en todos), mezclados con códigos subjetivos (símbolos
propios del lenguaje musical de cada cultura y la valoración estética del
individuo) que son los más decisivos en el efecto integral de la música.
Estos efectos serían más difíciles de encontrar en músicas que cumplen
una función meramente artística (contemplativa) que en músicas que tienen una
función extra musical pues esta función tendría que ver con estos efectos.
(Aquí surge otra pregunta importante: Cuál es la función artística
biológicamente hablando?)
A pesar
de muchos experimentos realizados por instituciones académicas reputadas usando
métodos científicos y herramientas muy modernas, no puedo dejar de percibirlos
como inconsistentes y poco rigurosos por el hecho de usar la música de un compositor determinado o un
género determinado pues si queremos medir los efectos de una manera más
objetiva, debería abordarse la investigación desde el punto de vista acústico,
y hacer estudios para medir y estudiar la actividad cerebral bajo el estímulo
de los elementos musicales por separado, como frecuencias e intensidades
determinadas, intervalos, ritmos, acordes, escalas etc.
Estos
estudios existen y los analizaremos en la parte II de esta investigación.
Gonzalo Saldarriaga
Chocano
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
1.
A
música por uma óptica neurocientífica (A neuroscientific perspective on music)
Viviane Cristina da RochaI; Paulo Sérgio Booggio Per musi no.27 Belo
Horizonte Jan./June 2013
2.
Desvendando os mecanismos do prazer de ouvir música Tatiana Venancio
2014 Sociedade Brasileira para o Progresso da Ciência- Universidade
Estadual de Campinas
3.
The influence
of Mozart’s music on brain activity in the processof learning. Norbert
Jausˇovec *, Ksenija Jausˇovec, Ivan Gerlicˇ. Department of Education, Univerza
v Mariboru, Pedagosˇka fakulteta, Korosˇka 160, 2000 Maribor, Slovenia
4.
Mecanismos de plasticidad
(funcional y dependiente de actividad) en el cerebro auditivo adulto y en
desarrollo M.A. Izquierdo, D.L. Oliver, M.S. Malmierca
5.
Percepción musical y
funciones cognitivas.¿Existe el efecto Mozart? C. Talero-Gutiérrez, J.G.
Zarruk-Serrano, A. Espinosa-Bode
6.
The Myth of the Mozart
Effect. Will Down (The Skeptic)
7.
Music exposure
differentially alters the levels of brain-derived neurotrophic factor and nerve
growth factor in the mouse hypothalamus (2007)Francesco Angeluccia,Enzo Riccib,
Luca Paduaa, Andrea Sabinob,Pietro Attilio Tonalia
8.
Anxiolytic
effect of music depends on ovarian steroid in female mice. Sachiko Chikahisaa, Atsuko
Sanoa, Kazuyoshi Kitaokab, Ken-Ichi Miyamotob, Hiroyoshi Seia (2006) The
University of Tokushima - Behavioural Brain Research
9.
Effects
of Music Composed by Mozart and Ligeti on Blood Pressure and Heart Rate
Circadian Rhythms in Normotensive and Hypertensive Rats
2008, Vol. 25,
No. 6 , Pages 971-986
Björn Lemmer
No hay comentarios. :
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.